Contrato paciente-odontólogo. El deber de información. Hospitales. Clínicas. Obras sociales. Sistemas prepagos. Especialistas. Reparación de daños. Dependientes. Eximentes. Riesgo por el uso de herramientas. Sida. Ficha odontológica. Implantes. Jurisprudencia. Legislación complementaria.
Tipo: Libro
Edición: 1ra
Año: 1997
Páginas: 272
Publicación: 31/12/1996
ISBN: 950-508-493-5
Tapa: Tapa Rústica
Formato: 14 x 20 cm
Precio: $22.000
Precio por mes: $1100 (mínimo 3 meses)
Ámbito Financiero, 18/2/98, p. VII
Toda actividad profesional conlleva sus riesgos y puede ser causa de controversias. En el campo de los mayores antecedentes los concentran los médicos en torno a los juicios de mala praxis, pero poco se ha explorado respecto de la odontología, alrededor de la cual tampoco se ha gestado jurisprudencia nacional destacable, aunque si extranjera. Sin embargo, el ejercicio de esta profesión puede tener derivaciones si se tiene en cuenta lo que ha crecido en relación con sus especialidades, nivel tecnológico, etc. A raíz de ello la autora realiza una profunda investigación que sitúa a la profesión en cuanto a su complejidad y, también, respecto a los principios generales aplicables y que hacen a la responsabilidad del profesional y sus efectos. Así encara la delimitación de la conducta odontológica, los servicios que presta, las obligaciones del odontólogo, la responsabilidad objetiva y subjetiva, sin olvidar temas como el sida, los implantes, su accionar en los centros de salud y hasta la importancia de la historia clínica o la ficha odontológica. Un libro que viene a llenar un vacío temático con profundidad.
L.M.S.
Diario de Santa Rosa, La Pampa, 7/6/98, p. 9
Es tema sobre el que existe bibliografía buena y abundante, sin embargo la obra denota claramente un nuevo enfoque dentro de los estudios legales estructurales de la posmodernidad, tanto desde la caracterización jurídica de las obligaciones profesionales hasta el encuadre global de la relación contractual. El abogado o el estudioso encontrarán en este texto un material sumamente útil, de enfoque distinto y alejado de los patrones dogmáticos. Es de hacer notar que aun siendo una materia tan densa se advierte el rigor científico que sirvió de base a la investigación.
La Ley, 28/10/98, p. 7
La dogmática argentina adeudaba a la vasta y actual problemática de la responsabilidad civil por el ejercicio de las profesiones liberales, un estudio serio y profundo del quehacer del odontólogo. Concentrados los esfuerzos en la actividad médica, esta faceta de la actividad prestacional con aptitud dañosa estaba postergada. De allí la gravitación del libro de la doctora Weingarten: se aborda por primera vez -según lo creemos-, con estilo ameno y preciso, los principales tópicos de esta disciplina profesional cuyos objetivos, como lo expone la autora, son las prevención, recuperación y conservación de la salud bucal humana.
Delimitadas en el inicio de la obra las similitudes y diferencias entre medicina y odontología, el capítulo segundo ingresa en la conducta profesional sindicando los requisitos legales para su habilitación, las distintas especialidades y los diferentes ámbitos de prestación. Luego, y ya en el terreno de los servicios odontológicos, se detiene en la tipificación de la relación profesional-paciente, caracterizando el vínculo entre ambos, por vía de principio, como un contrato de adhesión (aunque no de contratación masiva o estandarizada) que se cimienta en la asimétrica posición jurídica de las partes, lo que torna aplicable los preceptos tuitivos de la ley de defensa del consumidor, en favor del débil (obviamente, el paciente). Seguidamente pasa revista a las modalidades e implicancias de la prestación profesional: servicios individuales, en hospitales públicos, en las obras sociales y en las empresas prepagas.
Bajo el título de obligaciones específicas del odontólogo se desbrozan, pormenorizadamente, distintos e interesantes tópicos aprehendidos en ella: la conducta profesional, que la autora define como la prestación que se satisface mediante una actividad técnica y científicamente adecuada, a través de la utilización de los medios usuales y admitidos por la medicina, con los recursos tecnológicos y terapéuticos que normalmente pueden conducir, aunque sin garantizarlo, a cierto resultado. Se acude más adelante al diagnóstico y las fases que comprende su formulación; a la historia clínica de observancia obligatoria y a la ficha odontológica; a las especialidades que colaboran con la acción del dentista; al deber de informar y al secreto profesional, vinculándolos con la posible detección de sida en el paciente a quien, sostiene la autora, se le debe informar sin retaceos manteniendo reserva -en cambio- frente a terceros, en base a la confidencialidad. En lo atingente a la terapia se analizan las medidas previas al tratamiento, los problemas que suscita el suministro de anestesia local o general y a la forma de actuar ante las emergencias más frecuentes (lesiones en nervios, en vasos sanguíneos, etc.). Se pronuncia por emplazar a los deberes de esta especialidad como de medios y no de resultado, incluyendo en esa categoría a los implantes, explicando que se denomina “implante oseointegrado” al reemplazo del diente natural por una prótesis que se integra al hueso. Desde la teoría de la reparación de daños se examinan los factores subjetivos y objetivos de atribución de responsabilidad del dentista, reseñándose los supuestos más comunes, al abrigo de la jurisprudencia extranjera (vgr. aplicación defectuosa de inyecciones, conducta omisiva, etc.). En lo vinculado al daño infringido por el uso de instrumental la autora adhiere a la tesis subjetiva cuando, pese a la intervención de cosas, predomina la actividad científica pura, siendo aquéllas sólo meros y simples instrumentos de quien lo utiliza. Se encolumna, luego, en la postura de la responsabilidad objetiva del dentista en base a la obligación tácita de seguridad, sin soslayar el deber resarcitorio reflejo por el hecho de sus dependientes, como asistentes y técnicos dentales. Tras referir aspectos de la prueba del daño y de la culpa, cierra la obra el apéndice que contiene, en lo pertinente, la normativa legal regulatoria.
En síntesis: se trata de un aporte inicial -y no por ello ausente de rigor dogmático- de valía e interés que, además de suscitar futuras reflexiones, satisface ampliamente sus objetivos, congruos con los antecedentes doctrinarios de su autora.
Jorge Mario Galdós