Pedido de verificación. Informe individual. Casos especiales. Incidente. Resolución judicial. Revisión. Prescripción. Créditos laborales. Pronto pago e informes del síndico. Fuero de atracción y continuación (ley 26.068). Modelos
Tipo: Libro
Edición: 2da
Año: 2007
Páginas: 608
Publicación: 31/12/2006
ISBN: 978-950-508-780-8
Tapa: Tapa Rústica
Formato: 15,7 x 23 cm
Precio: $53.000
Precio por mes: $2650 (mínimo 3 meses)
Revista del Derecho Comercial 2001, año 34, Depalma, p. 457
La materia jurídica referida a los concursos y quiebras atraviesa un inusitado auge, de la mano con la situación macro y microeconómica del país, que ha repercutido en forma de un aumento geométrico de los procesos concursales en la República.
A los estudiantes y juristas les resulta obvio advertir que el estudio de la temática concursal es ineludible en el presente, no ya como expertos en la materia, sino, al menos, como sabedores de los conceptos básicos atinentes a los derechos de los acreedores y su harto problemática, precisamente, “insinuación al pasivo concursal”.
En nuestro ámbito, la inserción de esta obra es relevante porque trata sobre un capítulo del derecho concursal por demás importante. Curiosamente es escaso el número de trabajos como éste, dedicados a los capítulos de marras, a poco que se compare esa cifra con la que presenta el vasto mundo bibliográfico nacional, que atesora cientos de obras sobre la materia, en general y en particular, sobre otros capítulos concretos. De allí que corresponda dar una calurosa bienvenida a una obra que específicamente se pone como objetivo la indagación jurídica sobre la concurrencia de los acreedores a la necesaria y obligatoria verificación de sus créditos a los efectos de conformar la masa pasiva.
Cabe, a priori, reputar al presente trabajo como auténticamente útil al lector. Escrito en lenguaje llano, proporciona una importante serie de conceptos sobre muchas de las cuestiones controvertidas de la materia.
Lo dicho tiene basamento en que los seis capítulos que componen la obra no se circunscriben únicamente a la verificación o a la revisión de los créditos, sino que en ellos se desarrollan pormenorizadamente los temas vinculados al informe individual y la resolución judicial, a los juicios que continúan y el pronto pago de créditos laborales. Además, se incluye un apéndice sobre los diferentes modelos de escritos relativos a las distintas tramitaciones concursales.
Así, en el capítulo primero se pasa revista a todo el proceso verificatorio, su historia, sus etapas y los diversos elementos aportados por el concursado. De él pueden extraerse concisos considerandos sobre las características del proceso concursal en general (inquisitivo y dispositivo), sobre las etapas del proceso de verificación de créditos (típica y contingente o incidental), cuyo excelente gráfico de la página 11 lo sistematiza perfectamente y sobre los necesarios elementos que debe aportar el concursado en estado de solvencia para lograr un despacho favorable a la apertura de su concurso preventivo (allí el autor se explaya sobre las modificaciones de la ley 24.522, tales como el requerimiento de dictamen y rúbrica contable –art. 11, incs. 3° y 5°– y el acompañamiento de los legajos).
En el capítulo II, referido a la verificación tempestiva, se separa la cuestión en cuatro unidades conceptuales: estudia la naturaleza jurídica y el contenido del pedido de verificación; la figura del arancel (con el desarrollo, p.ej., de las tres teorías doctrinales sobre su privilegio); la situación jurídica de los distintos tipos de acreedores, aportándose aquí un valioso y casuístico relevamiento de los casos especiales, tales como las obligaciones fundadas en relaciones de familia, deudas civiles, fiscales y las derivadas de los contratos (v.gr., renta vitalicia, acreedores condicionales, locación) o tales como acreedores que tienen garantía real o los que no necesitan presentarse a verificar sus créditos (gastos de conservación y de justicia, expropiación, contratos con prestaciones recíprocas pendientes, etc.); por último, se aportan conceptos sobre la observación de los créditos y de los informes.
En el capítulo III se efectúa, en la parte primera, un análisis exhaustivo de los varios elementos que debe contener el informe individual; en la segunda se habla de la resolución judicial. Los varios parágrafos contenidos en la primera parte resultan de suma utilidad porque informan sobre diferentes cuestiones basamentales: concepto, fecha de presentación, plazos, copias, legajos, contenido, etc. El plato fuerte, indudablemente producto de la experiencia del autor, se relaciona con lo principal que debe contener el informe del art. 35 de la LCQ, esto es, los –dicho vulgarmente– “monto, causa y privilegio” de todos los créditos, analizados individualmente.
Téngase en cuenta que los acreedores pueden esgrimir deudas no sólo dinerarias, sino también deudas de hacer, de no hacer, no dinerarias o en moneda extranjera. En torno a las más comunes, las de dinero, el autor profundiza su estudio sobre el problemático y dirimente tema de los intereses, aportando cuadros, tablas y fórmulas que coadyuvan a graficar al lector los ribetes que presentan las cuestiones relacionadas con las compensaciones dinerarias. La causa de la obligación, como requisito de admisibilidad, es un instituto concursal tradicionalmente polémico, tal como lo demuestra la lectura analítica de los plenarios nacionales “Translínea” y “Difry” y del repaso de otros pronunciamientos en situaciones especiales relacionadas. El complejo mundo de los privilegios concursales se ve excelentemente coronado con el cuadro aportado como reseña. Cierra esta parte de la obra, la referencia pormenorizada a la forma en que deben proceder los síndicos en su tarea, mediante la aplicación de las resoluciones técnicas contables, en especial la n° 7, y su armonía con el sistema falencial.
La parte segunda de este capítulo contiene, entre otros aportes, una lista completa de todas las posibilidades que pueden acaecer en el iter verificatorio. Concretamente se trata de un valioso cuadro en el que se responde afirmativa o negativamente a las nueve alternativas que confluirán en la verificación, admisibilidad o inadmisibilidad de los créditos.
El escritor da cuenta suficiente, en el capítulo IV, de las grandes vicisitudes que ofrece la tramitación de la llamada “etapa contingente”, o sea, la referida a los incidentes de revisión y los de verificación tardía. Apreciase que la división en cuatro unidades es correcta porque abarca lo necesario: los aspectos generales de los incidentes concursales, el incidente o recurso de revisión, el incidente de revisión tardía y ciertas otras cuestiones de la verificación tempestiva que no fueron menester poner de relevancia con anterioridad.
Si se pasa superficial revista a cada una de esas partes, puede destacarse: a) deben tenerse presentes las posibilidades procesales vinculadas con la insinuación de los créditos (trámite, tipo de proceso, ofrecimiento de prueba y alegatos, recursos disponibles) y con las derivaciones económicas propias de los honorarios profesionales devengados por la tramitación de estas causas judiciales (correcta aplicación del art. 287 de la ley 24.522 tanto en relación a los abogados y procuradores, como respecto de los funcionarios); b) del incidente de revisión pueden rescatarse innumerables cuestiones que hacen a su conceptualización, diferencias con la verificación tardía, su procedibilidad y las alternativas derivadas de su tramitación; c) en torno a la verificación tardía, pueden aparecer, también, múltiples cuestiones: prescripción o caducidad, trámite, imposición de costas (por regla, al acreedor tardío) y efectos; dl) de la petición verificatoria tempestiva es preciso tener presente su trámite (privado, en las oficinas del síndico), las partes intervinientes (acreedor, fallido, síndico), las costas y los recursos, sin perjuicio de las cuestiones intrínsecamente relacionadas con los mentados “monto, causa y privilegio” de los créditos, de lo que resultó para el autor relevante aquí destacar la situación de los acreedores preconcursales.
En el capítulo V se estudia el conflictivo fuero de atracción, bajo el título “Juicios que continúan”. Se destaca la pluma del escritor, en forma de una sobria exposición –siguiendo a Maffía, y en la que se aclara que se dejan de lado “las cuestiones filosóficas o eminentemente jurídicas” para no extender el marco propuesto– al analizar pormenorizadamente las varias y distintas críticas realizadas al instituto. Por supuesto que el capítulo además contiene todos los elementos conceptuales necesarios para comprender el diseño del instituto de referencia, o sea, si es concurso preventivo o de quiebra, si es proceso de conocimiento, ejecutivo, especial, etc., o si existe litisconsorcio en aquéllos.
Finalmente, en el capítulo VI se aportan innumerables y claras precisiones sobre el trascendente instituto del pronto pago de los créditos de origen laboral: evolución legislativa, concepto y naturaleza jurídica, diferencias entre el concurso preventivo y en la quiebra, créditos comprendidos, trámite, fuero de atracción de causas laborales, con o sin sentencia, posibilidad de continuación, etcétera.
Por último, el apéndice brinda una insuperable ayuda profesional porque contiene catorce modelos de escritos imprescindibles para todas y cada una de las etapas del proceso concursal relacionadas con la insinuación al pasivo concursal.
Además, tal como se rescató en esta reseña, debe mencionarse que, a más del apéndice de marras, la obra contiene exquisitos condimentos, tales como cuadros explicativos (más de veinte) y fórmulas, elementos de suma practicidad al momento de aprehender ciertos conceptos que ofrecen dificultad. Es que el versátil trabajo sometido a mi comentario aporta el necesario estudio científico jurídico de la materia pero sin perder de vista la faz práctica que indudablemente sirve a todos los lectores, ya se trate de los mismos jueces, de los síndicos o de los profesionales.
Guillermo M. Pesaresi
La Nación, 1/07/01, p. 6
La quiebra, y posteriormente, el concurso preventivo han sido legislados en nuestro país desde el Código de Comercio, pasando por las leyes 4156, 11.719, 19.551, y 24.522, de 1995, sin contar algunas modificaciones parciales. El concurso es un remedio preventivo que, al menos en teoría, trata de ayudar al deudor a atravesar el mal momento, cumplir con sus acreedores y evitar la quiebra. La quiebra es el proceso de realización del activo para pagar a los acreedores proporcionalmente. Ambos requieren de un procedimiento de explicitación del pasivo y de determinación del activo. Sobre el primero, el examen, clasificación graduación de los créditos de los acreedores por el síndico, y su aceptación o no por el juez, versa esta obra.
El proceso de insinuación ante este funcionario, que representa a la masa de acreedores y asesora al juez, de los créditos cuya verificación pretenden los acreedores, es analizado así por el autor; en su naturaleza jurídica, requisitos, la novedad el arancel de $ 50, y su carácter, los créditos a incluir o excluir; casos especiales, como el crédito por alimentos, o el boleto de compraventa; los créditos prendarios e hipotecarios, la clásica discusión acerca de si tienen o no que verificar además del derecho a concurso especial, entre otros institutos propios de la materia son tratados con precisión. El libro se ocupa pues de la insinuación, la formación del legajo de copias y su importancia, la observación o impugnación de los créditos insinuados y el informe del síndico sobre los mismos, hasta el individual sobre cada crédito insinuado, su contenido, hasta el dictamen final aconsejando o no la verificación, el monto, causa, privilegio y fundamento del consejo. También la sentencia del juez sobre cada crédito: verificando, declarando admisibles o inadmisibles, los créditos, sus recursos y los incidentes posteriores de revisión o verificación tardías y sus consecuencias. Es destacable el análisis de la institución del “pronto pago de los créditos laborales” y la clasificación del autor sobre cuál corresponde admitir en el concurso y en la quiebra.
Aunque la ley actual lo ha simplificado, el proceso de verificación no es sencillo ni para el síndico ni para los acreedores, y la obra lo describe con minuciosidad, tal vez excesiva (tanto que, se ocupa del tipo de recibo que debe dar el síndico, si A, B o C, frente al pago del arancel). Ese nivel de detalle y las explicaciones sobre algunas normas procesales no específicamente concursales distraen la atención del objetivo principal. Por lo demás, la obra es muy completa y ofrece modelos de escritos y de informes de la sindicatura, que serán de utilidad práctica para los profesionales.
Alberto J. Gowland Mitre
Revista La Ley, 25/4/01, p. 8
La relación del acreedor frente al concurso es, sin dudar, el eje y razón de existencia del proceso dirigido a la recuperación del negocio en estado de cesación de pagos o a la liquidación forzada de los bienes, a favor de aquél.
Resulta así de gran importancia contar con un trabajo que, desde una óptica realista, explora la problemática de la verificación del crédito.
En primer lugar examina la verificación tempestiva en orden al período propio de la misma, el pago de arancel, los casos especiales resultantes de relaciones de familia, obligación de escriturar, deudas fiscales, contratos a término, renta vitalicia o acreedores condicionados. El caso de acreedores con garantía real y de aquellos que no verifican sus créditos, integran esta parte del trabajo.
Trata a continuación los aspectos vinculados con el trámite judicial en cuanto a la presentación por la sindicatura del informe individual y la resolución judicial, dando así lugar a los incidentes de revisión y de verificación tardía. El caso de los créditos laborales sometidos al régimen especial del pronto pago conforman un capítulo aparte.
La obra se completa con modelos de escritos y actuaciones de la sindicatura propios del trámite, dando lugar a un muestreo de situaciones que contribuye a la presentación de los temas antes tratados.
La diversidad de situaciones que la práctica concursal presenta torna necesario el tratamiento de la cuestión en estudios como el que se comenta. Abundantes citas de doctrina y jurisprudencia destacan la calidad de este libro que, por su temática y practicidad en el tratamiento de los temas, se coloca entre los de imprescindible consulta.
José María Curá
El Diario, Santa Rosa, La Pampa, 3/3/01, p. 12
El libro trata sobre las distintas alternativas para peticionar la verificación de créditos en un proceso concursal (concurso preventivo o quiebra) es decir que se analiza en forma pormenorizada y detallada todo el trámite que debe realizar quien se considere acreedor de una persona o empresa en quiebra, hasta que su crédito sea reconocido o rechazado por el Tribunal.
El trabajo analiza cómo debe realizarse el pedido, las tareas del síndico (que debe ser un contador público), su informe, la resolución judicial y la fase que el contador Casadío Martínez denomina “la etapa contingente o incidental”, es decir, el trámite de las restantes peticiones que puede realizar el acreedor (p. ej., incidentes de verificación tardía), incluyendo todo lo relacionado con el pronto pago de los créditos laborales.
En Insinuación al pasivo concursal abundan los cuadros explicativos para simplificar la búsqueda de las normas aplicables al caso y en un anexo se incluyen modelos de los escritos que deben confeccionarse normalmente en esta etapa del proceso concursal.
Ámbito Financiero, 26/02/2001
Una de las etapas fundamentales en el juicio concursal o pedido de quiebra es la verificación de créditos. El análisis y desarrollo de las distintas alternativas para que esta etapa de verificación pueda llevarse a cabo ha sido el objetivo del autor de esta obra. En la misma se examina el proceso, tanto respecto de los elementos aportados por el concursado o de quién solicitó la quiebra, los acreedores contactados por el síndico en función de la información que obtiene de los registros legales, como de aquellos que se presentan directamente en el respectivo juicio inclusive los que no verifican su crédito. En cada uno de los casos se puntualizan los aspectos a considerar según se trate de créditos comunes o especiales, el pronto pago de los créditos laborales, los informes que deben realizarse y los incidentes que pueden realizarse, acompañándose, la descripción de los aspectos jurídicos aplicables con simples ejemplos prácticos que contribuyen a la correcta interpretación de los elementos descriptos. Merece destacarse especialmente la inclusión de un apéndice que contiene modelos de escritos de uso generalizado utilizables en el proceso de verificación que facilitan de este modo el conocimiento de las formalidades a presentar.
La Reforma, Santa Rosa, La Pampa, 21/2/01, p. 9
En este libro, el autor explica la forma en la que debe proceder todo aquel que se sienta acreedor del pasivo de una empresa en quiebra. Éste es el resultado de un intenso trabajo de investigación que el profesional efectuó en los últimos años.
Insinuación al pasivo concursal Casadío Martínez, Claudio A. - |