Intervalo posmortal. Lugar del hecho. Laboratorio. Patología, antropología, radiología y odontología forenses. Armas blancas y armas de fuego. Quemaduras. Aborto. Intoxicaciones. Asfixia. Diatomeas. Electrocución. Maltrato infantil. Accidentes de medios de transporte
Tipo: Libro
Edición: 1ra
Año: 2022
Páginas: 464
Publicación: 20-05-2022
ISBN: 978-950-508-612-2
Tapa: Tapa Rústica
Formato: 15,7 x 23 cm
Precio: $110.000
Precio por mes: $5500 (mínimo 3 meses)
El Derecho, 5/3/04, p. 14
Las primeras disposiciones medicolegales atestiguadas fueron inscriptas con caracteres cuneiformes en una piedra monolítica de ónix –Código de Hammurabi– rematada por dos figuras alegóricas, una de las cuales poseía en su cabeza un turbante con serpientes enrolladas (emblema de la curación). Desde ese entonces, la medicina legal no ha detenido su avance científico.
La obra que reseñamos es de naturaleza científica y técnica: tiene un carácter marcadamente práctico, especialmente destinado a médicos legistas, médicos forenses, abogados y a todos aquellos que requieran de la investigación científica del delito, como un libro de consulta notable por su estructura, concisión y precisión.
La metodología utilizada por el autor (formado, a la sazón, con Bonnet y Piacentino) y sus colaboradores, comienza por una introducción a cada disciplina vinculada con la tanatalogía forense –divida en nueve capítulos– y continúa con una detallada y sistemática descripción de los procedimientos para comenzar una investigación, recoger muestras de material para su posterior análisis y el análisis mismo de dichos elementos (en los casos en que sean factibles estas operaciones).
Los estudios y observaciones de un cadáver requieren de conocimientos altamente calificados, pues sobre dicha tarea se basa –en gran medida– el accionar de la justicia. Por ello, el desarrollo de temas tanatológicos, su clasificación, descripción y exposición didáctica es de gran utilidad.
Comienza el autor con el tratamiento del diagnóstico de muerte, pilar de la tanatología forense. Luego de plantear algunas consideraciones de tipo general, se adentra en los signos inmediatos y mediatos de la tanatosemiología; se explaya en esta disciplina, y luego continúa con una breve orientación acerca de los métodos conservadores de los cuerpos, técnicas de exhumación, para detenerse con detalles (nuevamente) en la determinación del intervalo posmortal. Todos estos estudios armónicos constituyen una de las partes más importantes del libro.
Luego, con la estrecha ayuda de sus colaboradores, fija los puntos centrales de las especialidades auxiliares de la medicina legal, aspecto muy desarrollado (y en muchos casos con aproximaciones novedosas) de la obra. Desde la patología forense (en la que se explayan), pasando por un importante acercamiento a la antropología forense (donde caben destacarse en particular, los temas de exhumaciones e identificación de los cuerpos), siguen con el trabajo realizado en el laboratorio medicolegal, por la odontología forense (tema cotidiano, especialmente para identificación de cadáveres), un resumen de los pasos de la investigación del lugar del hecho y otro estudio actualizado y original de radiología forense. Estos temas ocupan una gran porción del libro.
Aparece, a continuación, un importante tratamiento de otro gran capítulo de la tanatología forense: el de las lesiones. Desde algunas consideraciones generales expuestas con claridad y detalle, Vázquez Fanego se detiene en las lesiones producidas por armas blancas, por armas de fuego, quemaduras (por frío, cáusticos y fuego), lesiones causadas por electricidad y una reseña de las producidas por mordeduras.
Hasta aquí el contenido principal de la obra. Si bien es seguida por otros temas de la mayor importancia medicolegal, claramente expuestos, tienen menor profundidad (con excepción del maltrato infantil por acción) aunque no menos sistematización y claridad.
Un capítulo ilustra los accidentes de medios de transporte, con especial atención a los de tránsito, y con algunas alusiones a los accidentes aéreos, náuticos y ferroviarios.
Lo sigue otro que desarrolla un tema cada vez más tocado por la medicina legal: el maltrato infantil. Allí merece recalcarse el maltrato por acción, seguido del producido por omisión y la autopsia medicolegal en estos casos.
La intoxicación es otro aspecto tratado por la obra, con gran cantidad de modalidades que van desde los venenos gaseosos y volátiles, hasta aquellas causadas por metales, alcoholes, hidrocarburos, cáusticos, drogas de uso indebido, plaguicidas, alimentarias, medicamentosas y por tóxicos orgánicos e inorgánicos.
Del mismo modo que el anterior tema, se trata de la muerte por asfixias, donde se expone una significativa reclasificación de las asfixias mecánicas que luego se desarrollan exhaustivamente: por ahorcadura, estrangulación (temas seguidos por una casuística de muertes por estos medios), sofocación, sumersión (tópico en el que se trata en profundidad acerca de las “diatomeas”), asfixia por gases, asfixias posturales y, finalmente por crucifixión.
También se hace alguna mención a la muerte causada por aborto y a los delitos contra la integridad sexual, sin que se preste –quizá– toda la atención que merecen estos casos.
Completan el libro varias fotografías, figuras y tablas…
El libro se nutre de fuentes clásicas en la materia, de las más recientes investigaciones y de una profusa bibliografía para cada tema que se toca, de casos inéditos y de la experiencia de Vázquez Fanego y de los colaboradores en sus respectivas áreas. Estas características le dan un peculiar relieve a la obra de tanatología forense. Han participado en la redacción del libro María del Carmen Almada Goyenechea, Guillermo Berman, Jorge Casas, Ricardo Chevarlzk, Jorge A. Herbstein, Oscar A. Lossetti, Marta B. Maldonado, Norma S. Pozzo y Cynthia L. Urroz.
Puede considerarse, en fin, que es éste un gran aporte a la medicina legal, pues expone de modo claro, sistemático y en profundidad todos los aspectos relacionados con la muerte violenta, desde su producción hasta las más avanzadas técnicas de investigación medicolegales.
Gerardo D. Bonastre